El reino de los Thanes by Dan Parkinson

El reino de los Thanes by Dan Parkinson

autor:Dan Parkinson [Parkinson, Dan]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Fantástico
editor: ePubLibre
publicado: 1993-07-28T04:00:00+00:00


12

La explosión del hojalatero

Pozo Piedrarroja, jefe de excavaciones de los daewars, y Cambit Vaina de Acero, protector de vías y calzadas de Thorbardin, habían pasado en vela muchos días buscando un modo de clausurar de forma definitiva el antiguo túnel daewar a través del Fin del Cielo, pero habían sido incapaces de idear un plan que requiriera menos de cinco años de trabajo. Cosa sorprendente, fue el custodio de legajos, Plumín Cuño de Runa, quien sugirió la idea que el regente, Willen Mazo de Hierro, decidió poner en práctica.

El custodio de legajos se había invitado a sí mismo a cenar en los aposentos del regente con el pretexto de tomar nota de las proclamaciones de Willen Mazo de Hierro para que así pudieran ser copiadas y expuestas en todas las ciudades y mercados. De hecho, su visita estaba más motivada por Tera Sharn que por Willen. La esposa del regente, —y madre de Damon el Anunciado—, era una persona encantadora, cortés y sagaz, que tenía una gran intuición en asuntos que a veces desconcertaban a Plumín, y que además era hija del casi legendario Colin Diente de Piedra, primer dirigente de los hylars. Mucho del saber popular que Plumín había recopilado acerca de los orígenes de su propio pueblo ancestral, lo había obtenido durante sus charlas con Tera Sharn. Y, lo mejor de todo, Tera Sharn era una excelente cocinera.

Ahora, mientras Plumín tomaba asiento junto a Willen y a Cable Sendagrís, Primero de los Diez, a la mesa de tablones en la nueva residencia del regente en Hybardin, recorrió la habitación con la mirada, pensativamente. Entre la mayoría de las otras razas de Krynn, daba por sentado el cronista, un gran dirigente viviría con lujo. Se decía que en la ciudad humana de Xak Tsaroth el palacio del Señor Supremo tenía un centenar de habitaciones, la mayoría de ellas tan grandes como salas de asambleas. Mercaderes elfos habían hablado de las altas y bellas torres del lejano Silvanesti. Incluso entre los goblins, según había oído contar, allí donde se desarrollaba un asentamiento de sucias chozas y cuevas nocivas, los goblins de mayor rango siempre reclamaban una choza o cueva varias veces mayor que las que había a su alrededor.

Pero nunca había sido así entre los enanos, y los hylars no eran una excepción. Willen Mazo de Hierro era el respetado jefe de los hylars, y ahora también era el regente de todo Thorbardin, pero la vivienda que ocupaban su esposa y él consistía en cuatro habitaciones sencillas, ubicadas en la excavación superior en el interior de la estalactita llamada el Árbol de la Vida. Los tabiques estaban hechos con simples bloques de piedra, y las runas cruzadas de hylar y dirigente, talladas en la madera de la puerta principal, eran la única indicación de que alguien importante vivía allí. En tamaño y estilo de construcción, el hogar del jefe era muy semejante a cualquier otra casa de Hybardin. Los techos de piedra estaban enjalbegados, como casi todos los techos hylars,



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